Para nadie es un secreto que Taylor Swift no es del agrado de muchas personas, ella misma lo sabe y por eso en sus canciones y performances hace referencia a esto de una manera irónica. Ahora ha sumado un motivo más para ser odiada pues resulta que la cantante está usando sistemas de reconocimiento facial en sus conciertos sin informarle a sus asistentes.
Esto no es nada menor, pues incluso podría acarrearle pleitos legales. Esta información la dio a conocer el medio Rolling Stone, donde afirman que en mayo de 2018 la cantante dio un concierto en el Rose Bowl, allí su equipo de producción instaló distintas cámaras que captaron los rostros de los asistentes. Esto con el fin de compararlos en tiempo real con una base de datos de acosadores y haters en Nashville.
El director de seguridad de Oak View Group, Mike Downing, comentó que la lista con la que cuenta la artista abarcaría cientos de personas. Cabe destacar que no se menciona el uso que le dieron a la información obtenida.
Lo que si se relató es que la audiencia del concierto observó las cámaras de reconocimiento facial sin saber que estaban siendo analizados.
De tal manera se desconoce el uso dado a los datos y si estos fueron conservados. Lo que si se insinúa es que Taylor podría tener implicaciones legales por cómo actuó.